martes, 9 de diciembre de 2014

Sentimientos, para qué os quiero.

Lo reconozco, a veces (demasiadas, diría yo) me hago esta pregunta, y es que nada más peligroso que un mundo interior lleno de sentimientos no canalizados a punto de convertirse en frustraciones. La tortura a la que se puede exponer uno a sí mismo es proporcional a lo que sientes. O padeces. O qué se yo.
Tormenta para los sensibles, porque el sol se hizo para los despreocupados. Nosotros, en cambio, vemos algo más. Dime, ¿puedes verlo tú también?, ¿eres capaz de emocionarte con tan solo la mirada de un desconocido?, ¿sufres ante el dolor ajeno?, ¿sientes algo cuando eres testigo de una muestra de amor?
Tan lejano que parece otra vida, tan olvidado que debo repetirme que es la mía. Hace tiempo, alguien puso sus manos sobre mis mejillas, me miró y dijo: hay una vidita tras esos ojos. Así fue como aprendí a mirar de verdad a las personas, él me enseñó a leer las historias que cuentan nuestras miradas.
Y ya no quiero que me miren si no se van a parar en mis ojos, que mi escote te hablará de mi edad, pero mis ojos te contarán lo que he vivido. Y eso es lo que quiero que sepas de mí, porque lo que soy hoy es resultado de lo que viví ayer y mis porqués son fruto de los daños, no de los años. Mírame.
 Un día te aceptas como eres, y eso supone también asumir que vas a subirte a una montaña rusa en la que vivirás grandes y pequeños momentos, tu vida. Habrá altibajos, reirás, pero también sentirás miedo y querrás bajarte. No lo hagas, no te bajes, no quieras que pare, el día que lo haga habrá acabado todo.

Sentimientos, para qué os quiero.
Para vivir. O qué sé yo.


martes, 11 de febrero de 2014

¡QUÉ PESADILLA DE MUHÉ, POR DIOR!

Tenéis que ver esto. No, no, no me importa que no queráis, HE DICHO QUE TENEIS QUE VER ESTO.

 


Mira Enrique, incluso YO estoy indignada. No ¨habés" aparecido por acá, ni vos ni Cocó, y tampoco respondiste al llamado de María Teresa. No sabemos más que hacer con vos, la reconnnnnchaputa.

Ahora en serio, esto es desesperante, pero desesperantemente REAL, porque la historia de María Teresa y Enrique es real y las grabaciones, también. Corresponden a una crisis matrimonial que tuvo este matrimonio argentino allá por el año 1998. Lo llamo crisis por ser generosa, esto es un acoso en toda regla. No sé qué clase de problemas tuvieron, pero por graves que sean,

SEÑORAS, ESTO NO SE HACE

Personalmente que he sufrido que me hagan algo así. no sabéis el hervor que le entra a uno desde la boca del estomago hacia la garganta y de qué manera se calienta, LITERALMENTE, la cabeza. Pero "vamo a ve", en la vida las cosas son más sencillas y no es necesario convertir todo en un drama o causarte a ti misma un TOC, porque en realidad, el problema de no asumir una situación lo tienes tú y a la que atormenta es a ti, no a él.

Un poquito de dignidad, no pido más, hay una delgada línea de racionalidad que separa el amor de una obsesión y esto es sobrepasarla. Así que háganme el favor de tomar nota:

- Si has llamado y no responde; no insistas, YA LLAMARÁ.

- Aprende a buscar el momento para decir las cosas. Me costó muuuucho aprender esto; pero cuando quieres decir algo importante, debes esperar, buscar o crear el momento indicado, no sirve cualquiera.

- No acosar telefónicamente cada quince minutos porque no ha llamado.

- No basar la conversación en reproches. Sólo hay que cambiar la forma de decir las cosas, es decir, en lugar de acusar (NO LLAMAS PORQUE ERES UN CABRON PELOTUDO), explica cómo te afecta A TI su comportamiento (Cuando no llamas, siento que no te importo). Entre nosotras, le estás diciendo lo mismo, en el fondo el puñalse clava igual, pero la herida es más limpia. Practicas, nenas, hay que ser más prácticas y menos viscerales.

- Respetar que los tiempos de cada uno, no necesariamente han de ser los mismos. Algo que a mi se me puede pasar en cinco minutos, a otro le puede durar horas; esto no lo convierte en el malo, simplemente necesita otros tiempos y no merece ser atormentado por ello. NADA MAS.

- Respetar el espacio, NO a las relaciones parasitarias. ¿Necesitas estar todo el día pegada a tu pareja como un hongo? NO. Me da igual hombre o mujer, TODOS necesitamos por salud un espacio propio. Esto es innegociable y el que diga que no lo necesita, miente o le falta personalidad.

Ya entraremos otro día en detalles sobre el uso indiscriminado de WhatsApp y el temita del horario de la última conexión, que tiene guasa también la cosa. Estoy segura que ya existe incluso medicación para ese problema. Me informaré.

Y hacedme el favor, escuchad a esa vocecita. Ya tenemos unos años, no nos hagamos las tontas, que lo sabemos.

CUANDO UN HOMBRE NOS QUIERE BIEN, LO SABEMOS
 
(Bueno, excepto cuando vosotros resultáis tan ambiguos y capullos que no sabe una por donde cogeros. Igual os creíais que no tenia nada qué deciros, ¡JA!. Esperad, que ya os tocará)

lunes, 10 de febrero de 2014

Las dos caras de la misma moneda

A veces las cosas que parecen más absurdas son las que más te hacen pensar. Hoy vi un video, tan solo eso, "Symmetry", el corto ganador de los premios Vimeo 2012 y me di cuenta que había causado en mi exactamente el efecto que sus creadores buscaban.

Echad un vistazo,


<iframe width="610" height="345" src="http://www.wouzee.com/ce/55371" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

 
 
¿Soy yo o este corto transmite algo muy especial? Qué relativo es todo en la vida, dos caras de la misma moneda que cambia en función de la posición que ocupas en cada momento.
 
Siendo todas increíbles, dentro de la sucesión de imágenes que vemos en el corto, me han dejado más reflexiva dos de ellas, las dos últimas. En una refleja el contraste entre la sonrisa y el llanto, ¿os dais cuenta de cuantas situaciones tienen un lado dulce y otro amargo dependiendo del lado que te toque ocupar? Para que lo entendáis, muchas veces reímos ante situaciones por las que otros lloran, no necesariamente por maldad, simplemente porque no nos paramos a pensar en ello hasta que nos toca vivir el lado amargo y nos cuestionamos cómo otros pueden sonreír mientras nosotros lloramos.
 
Esto me recuerda que nunca debo permitirme olvidar que mis acciones pueden dañar a otros sin darme cuenta y que la vida es tan caprichosa que siempre nos hará conocer ambas caras de la moneda.
 
En la última imagen, a la izquierda, aparece un recién nacido, una nueva vida; algo que contrasta con otra que se apaga a su lado, un primer y un último aliento. Es contradictorio que principio y final coexistan en armonia sabiéndose imprescindibles el uno para el otro. Y es que a veces, nos olvidamos que para que exista la vida, debe existir la muerte. Nuestros caminos son muy distintos, pero todos venimos y nos vamos de este paseo. Nada es eterno, hay que tener siempre presente que son más determinantes las cosas que nos unen que las que nos separan del resto.
 
Nunca doy consejos, no creo ser la persona más indicada para hacerlo dada mi experiencia en cometer errores y considero que son un arma de doble filo, algo que siempre se vuelve en tu contra; pero ayer me pidieron uno para saber separar nuestros sentimientos de las ideologías que esta sociedad nos impone y lo tuve claro. No es fácil, sin embargo debes aprender a sentirte pequeño. Cuando eres consciente de la inmensidad que nos rodea, cuando eres capaz de ver las dos caras de la moneda , sólo en ese momento, aprenderás a hacer de "tu pequeño mundo" un lugar respetuoso y tolerante alejado de lo que malintencionadas ideologías pretenden.

viernes, 7 de febrero de 2014

El eterno femenino. Capitulo I

Dado que el temita en cuestión da para mucho, me tomaré esto como el primero de una larga serie de capítulos sobre nuestras adorables y temerarias imprudencias femeninas.

NADA, qué palabra tan pequeña para un significado tan grande, qué palabra tan pequeña para resumir un millón de respuestas y estados de ánimo. No me negaréis que somos prácticas lingüísticamente hablando, si ya lo decía mi abuelo: "las mujeres de un huevo, sacáis dos". Y añado, de un "nada" hacemos un lema, una bandera, un escudo y UN ARMA de destrucción masiva sentimental. No os engañéis, tras un "nada", siempre se esconde algo, sólo hay que interpretar correctamente las señales y determinar la gravedad del caso para tomar las medidas adecuadas.

Bah, sois unos exagerados, no es tan complicado, demonios.

Lo primero de todo es conocer bien a qué te enfrentas y no es una tontería, tú solito vas a lidiar con un millón de hormonas que tienen más poder sobre nosotras que nuestra propia razón. No seas atrevido, no intentes dialogar con ellas porque no servirá absolutamente de nada, no han venido a negociar, HAN VENIDO A DOMINAR. ¿Acaso crees que no lo hemos intentado antes? Por supuesto, y hemos fracasado estrepitosamente, así que desde ahora te digo que no vas a llegar tú de nuevas a poder orden en todo este caos. Si quieres sobrevivir, adáptate o estás perdido, amigo.

Caballeros, se lo voy a explicar de manera que lo comprendan. Por favor, permanezcan atentos a sus pantallas:

 
 (Joer, cómo está Leónidas)
 
 
Tenéis que estar preparados, esto es la guerra y nuestras hormonas son auténticas GUERRERAS ESPARTANAS siempre dispuestas a batirse en duelo CONTIGO, dominadas por una sobrenatural fuerza que ha permitido nuestra supervivencia (nada fácil) desde que la humanidad existe. Una fuerza que permanece aletargada y dormida. Siempre y cuando no se enturbie nuestro espacio hormonal vital, algo que lográis más veces de las que quisierais. Alfareros, escultores, herreros, me caéis bien, así que os voy a regalar un truquito que hará bastante más fácil vuestra vida conyugal:
 
TENÉIS QUE CONOCER AL DEDILLO NUESTRO CICLO PRE-IN-POST-MENSTRUAL
 
Si, amigos, de él dependen muchas cosas, y recomiendo os hagáis de un buen calendario donde podáis llevar perfectamente anotado cuales son los días que nuestro querido cuerpo nos deja libres al año, porque entre ovular, tener la regla y recuperarnos de la hemorragia, no va a ser mucho el tiempo que tengamos la fiesta en paz. Os daré el calculo hecho: tenemos la regla cada 28 días, nos dura alrededor de una semana, pero quince días antes empezamos a ovular (que es como tenerla sin tenerla). Esto nos deja libre una semana al mes, tres meses al año, UN AÑO DE CADA CUATRO.
 
Un poquito de caridad cristiana, por favor.
 
Siempre he pensado que si los hombres tuvieseis una sola vez en la vida el periodo menstrual, la mitad de nuestros problemas desaparecerían porque podríais comprobar en vuestras propias carnes, que se puede estar triste de repente sin ningún motivo, que se puede querer llorar amargamente sin más, que tu cuerpo es capaz de hincharse de la noche a la mañana hasta no caber en tus propios pantalones, que necesitas azúcares y que, dependiendo del mes porque esto es como una maldita lotería, puedes necesitar un millón de mimos, abrazos o que no te toquen NI CON UN PALO. Pero no, vuestro cuerpo solo os atormenta por las mañanas pidiéndoos placer, qué perverrrrrso es.
 
Si, es un asco, ¿tú te crees que no lo sé? Te recuerdo que vivo con el tarado de mi cuerpo hormonado toda la vida y nunca puedo estar completamente preparada para sus cambios. De muy jovencita, me convierten en mujer, algo que en ese momento no me sirve para NADA, ¿has oído bien? NA-DA. Con 12 años, NO DEBERIA NI TENER LA POSIBILIDAD SER MADRE, pero a mi cuerpo le parece una idea fantástica prepararme durante toooooda la vida para ello y regalarme malestar general acompañado de dolores imposibles cada mes, todo ello por algo que se arreglaría fácilmente con un pequeño interruptor que activásemos nosotras mismas en el momento adecuado. 
 
Y no termina ahí, según me han comentado es mucho peor la menopausia, donde la naturaleza decide cerrar el grifo, cortar el suministro, fin de la producción, CAPUT GUAPA. Claro, tras cuarenta años diciéndonos que ser mujer supone desangrarse casi una semana al mes, nos llega una sofoquina que pa´qué  y no os creáis que nos dan un premio por lo que hemos pasado, NO, a cambio de una vida entregadas en cuerpo y alma a nuestra fertilidad, solo recibimos un triste abanico para los sofocos, unas pastillas para la depresión y allá te las compongas tú sola, bonita. 
 
Ea, la tristeza otra vez, ¿veis?.
 
Armaos de paciencia, respetad los múltiples significados de nuestros "nada", no os enfadéis, ni insistáis al ver que no recibís una respuesta porque eso puede empeorar las cosas. La mayoría de las veces, decimos que no ocurre nada cuando nuestras hormonas nos juegan una mala pasada y necesitamos un poco de tiempo y comprensión por vuestra parte, para finalmente, ser nosotras mismas quienes nos ocupemos de volver a la normalidad. En realidad, sólo deseamos que estéis ahí, a nuestro lado, sentir que estáis ahí, nada más. Porque chicos, a las mujeres no hay que entenderlas, a las mujeres hay que quererlas.
 
 
 

jueves, 6 de febrero de 2014

Voy a cambiar de bolso, no me esperéis a comer

Curiosamente, lo único que me falta en el bolso hoy para atravesar un desierto es agua, pero para eso llevo la agenda, para anotar que tengo que comprar en cuanto salga de casa. Un momento, por favor.






Ya, perdonad, se había caído el bolígrafo al fondo, para no variar.

La lógica femenina incluye una premisa básica: previsión. Y es que nunca sabes cuando vas a necesitar unos pañuelos de papel, un libro de frases en coreano (verídico) o qué barra de labios te apetecerá ponerte dentro de un par de horas, así que seamos previsoras y llevemos Rojo Frambuesa para las mañanas, puede que Rojo Ferrari para las tardes y, por supuesto, Rojo Diablo, que la noche se puede complicar.

Y así, todo.

No importa cual sea tu perfil. Solteras, casadas, trabajadoras, madres, amas de casa o simplemente divinas. Hay un bolso abarrotado de cosas inútiles para todas y cada una de nosotras porque no olvidéis que fue una mujer quien dijo por primera vez "POR SI ACASO" ese día que hacíais las maletas, porque para nosotras, cada día es un largo viaje lleno de incertidumbres y variables infinitas imposibles de controlar.

Ya que menciono el tema de las maletas, recordadme que un día dedique unas palabras a los insensibles que estipularon cuales debían ser las dimensiones máximas del equipaje de mano permitido en un avión.

Admiro a las mujeres que cuidadosamente cambian de bolso cada semana o incluso cada día, pero personalmente, me resulta tan agotador que me conformo con hacerlo cada seis semanas, que por otro lado y según mis cálculos, supone cambiar de bolso 8,66666667 cambios de bolso/anual los años no bisiestos. Traducido en tiempo: DEMASIADO PARA MI PACIENCIA. Y unos cuantos partidos del Real Madrid para la vuestra, chicos.

Ahora mismo escribo esto desde un punto sin retorno. Llevo preparándome psicológicamente para este momento desde anoche. Me he remangado, he sacado todo de mi bolso, TODO y debo trasladarlo al nuevo de forma inmediata o no podré salir a la calle. ¿Cómo? pues mira, depende. Es fácil si las dimensiones del bolso sustituto son similares porque solo tendrías que volcarlo, pero exige toda una labor de ingeniería industrial si el predecesor es más pequeño, como es el caso.

No bromeo, mirad

 
Y aquí estoy sentada, a los pies de la cama, analizando desde todas las perspectivas qué puedo hacer, qué debo sacrificar, qué no me acompañará más o qué tengo que abandonar a su suerte en casa. ¿Y si me hace falta?, ¿qué haré en ese momento?, ¿y si una amiga se rompe un tacón y necesita el Superglue que suelo llevar?, ¿y si no tienen sacarina en el bar?, ¿y si me tengo que desmaquillar?, ¿y si se queda sin batería el móvil?, ¿o me apetece escuchar música?, ¿o duermo fuera?.
 
Así que por un lado, miro lo que veis en la foto, para lo cual más o menos tengo solución. Pero por otro, están los dos móviles, el portátil, los auriculares, cepillo y pasta de dientes, un frasquito de enjuague bucal, un paquete de chicles, antiinflamatorios, agua para hidratarme y unos zapatos bajos por si el día se alarga y no puedo más con los tacones. Y ésto sólo para mi, que no se le ocurra a nadie pedirme que le guarde la cartera y las llaves porque montaré en cólera. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

Yo tambien salí con un chico de gimnasio


Si, lo sé, no es propio de mi, pero en mi defensa diré que me conquistó el día que me dijo que leía a Nietzsche y yo, muy ingenia, me emocioné creyendo que era posible que un hibrido entre Ricky Martin y Jesús Vázquez, un dignísimo tronista hoy día de Mujeres Hombres y Viceversa, pudiese tener ese nivel de inquietudes intelectuales y filosóficas. Mea culpa.

Todo fue muy bonito al principio, para qué os voy a engañar, una primera cita llena de mariposas, arcoíris y unicornios revoloteando a nuestro alrededor bajo una lluvia de pétalos perfumados de rosas, y no era para menos, había encontrado al HOMBRE. Guapo, inteligente, atento, sensible, romántico, responsable y comprensivo, ¿alguien da más?

Recuerdo que me llevó a un precioso café con chimenea. Estuvo escuchándome hablar toda la tarde, TODA, sin interrumpir una sola vez y tomó té, el té es de intelectuales, un terrorista sentimental no lo tomaría jamás, eso lo sabe cualquier mujer. Después de tres horas de cómoda conversación, dimos un maravilloso paseo por la playa donde me abrazó y ahí, en ese momento, todo empezó.

Por aquel entonces, aun no conocía esa pequeña lección que los años te enseñan, "a las mujeres nos conquistan por el oído", cuanta razón. Si a esa terrible conclusión, sumamos que nosotras por norma, cuando queremos creer, somos capaces de creer que podemos adelgazar 10 kilos en una semana sin que nuestra salud corra ningún riesgo, la tragedia sentimental está asegurada.

¿Por que no haremos caso a las sabias y ancestrales respuestas de las voces de la experiencia?

El caso es que yo estaba en una nube, mis padres lo adoraban, mis hermanos no querían matarlo y mis amigas se pudrían de envidia porque solo tenia ojos para mi. Era feliz viviendo tal idílica estampa mientras elucubraba como se llamarían nuestros tres hijos o si le gustaría el azul para las paredes de nuestra habitación. Juro que todo era perfecto hasta que algo se interpuso entre nosotros, un cuerpo perfecto.

 ¿POR QUÉ, DIME, POR QUÉ? ¡YA ERAS PERFECTO, MALDITA SEA!

Y se apuntó al gimnasio, nunca pensé que una decisión tan inocente echaría por tierra tanto amor, pero sí, todo cambiaba al mismo ritmo que su cuello se hacía más y más pequeño. ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaban aquellos maravillosos fines de semana cenando una pizza en casa y viendo una película? ¿Cuándo decidiste cambiarlos por ir a comprar pechuga de pollo a granel en Carrefour?

No solo cambiaron las costumbres , también cambiaron la conversaciones, ahora en ellas siempre aparecían las palabras "mancuerna", "proteínas de suero" o "superserie de dominadas", tampoco quedábamos ya con nuestros amigos y yo cada vez tenía menos esperanzas de recuperar a aquel maravilloso sujeto que un día conocí y me hacia tan feliz.

Aprovechando que era su cumpleaños, se me ocurrió la brillante idea de intentar revolver la conciencia de ese intelectual que me había jurado llevaba dentro, así que ni corta ni perezosa, le compré el ladrillo más pesado que encontré de su adorado Nietzsche y aquello fue un completo fracaso, creo que por su gesto, esperaba el DVD "3 sencillos pasos que mantendrán a raya tu índice de grasa corporal".

Me repetía cada día que tenia que permanecer fuerte y estar junto al futuro padre de mis hijos en esta crisis de identidad. Por él, por nosotros, por David, Mario y la pequeña Daniela, sin embargo no, esto iba de mal en peor. Ni que decir tiene que para mas INRI, su cuerpo se había vuelto terriblemente incomodo para dormir y empezaba a tener el trapecio tan desarrollado que parecía un cartabón.

Por Dios, solo la maldita testosterona podía destrozar una obra de Shakespeare como la nuestra.

Os preguntareis qué ocurrió, hubo algo que no pude superar. Vale que ya no comas hidratos, vale que no salgamos y que no leas, vale que los armarios de la cocina estén llenos de batidos y pastillas para la recuperación muscular y que pasemos los fines de semana en Decathlon, pero nunca, repito NUNCA, llames tres veces Diosa delante de mi a otra, porque para Diosa, la vegetariana que está soportando al pedazo de carne en el que te has convertido.
 
Carne perfectamente musculada, pero carne sin más. 
 
 
 

martes, 4 de febrero de 2014

Testosterona busca madurez. Y lo que surja.

Tal y como decía hace un rato en Twitter, espacio donde suelto sapos y gusarapos sobre lo que se me ponga por delante. Los años pasan, pero en realidad, te siguen sucediendo las mismas cosas, solo cambian los protagonistas de la historia. Hace un año, te veías forzada a canalizar tu ira hacia Fulanito y hoy, hacia Menganito. De esta manera, hace uno, cinco, diez o quince, da lo mismo, los tontos se reproducen por esporas y no se acaban nunca, es una especie condenada a no extinguirse jamás.

Por este motivo, no puede faltar en el blog algo que escribí hace poco más de un año, ya que cuanto más que lo leo, más consciente soy de que el hombre, lejos de aprender, comete siempre los mismos errores, LOS MISMOS.

Son errores idénticos en diferentes pellejos.

Aún recuerdo donde y en quien estaba pensando cuando escribí esto, tiene gracia. Procedo:



A mi amiga, la crisis de los 40.

Querida mía, disculpa mi atrevimiento al dirigirme a ti sin apenas conocernos pero los acontecimientos me obligan. Y es que, ha llegado un extraño momento en el que estás afectando a parte de mi entorno por lo que, únicamente como afectada por los daños colaterales que acarreas, me voy a permitir el lujo de desahogarme contigo. Seguro que lo entiendes...

Resulta que vas cumpliendo años, sobrepasas los treinta y te sientes en el mejor momento de tu vida, joven, maduro, independiente y , POR FIN, conforme contigo mismo, tanto a nivel físico como moral. Resumiendo, la treintena, es un lujo, un subidón de reconocimiento del YO que no lograrías ni inyectándote en vena combinados caseros de Coca Cola, Redbull y aspirinas.

Eres ya consciente de que la celulitis NO VA A DESAPARECER, que el periodo menstrual te acompañará todavía alrededor de 20 AÑOS, que las arrugas no son de expresión y que cuando ese señor de 45 años te invita a cenar, YA NO, ISABEL. YA NO PUEDES DECIR QUE PODRIA SER TU PADRE.

Te preguntarás qué tienes que ver en todo esto, pues bien, en plena magnitud y efervescencia de MI YO, me pregunto porqué, PORQUÉ, porqué si conseguimos lo más difícil que es aceptarnos a nosotras mismas ( que tiene telita ya, oiga...) tenemos que soportar los inconvenientes de los afectados por sucesivas crisis que, como tú, infectan nuestro entorno, haciéndonos partícipes de ellas y envolviéndonos en absurdas telarañas de inseguridades que nos atrapan como una patética película de serie B que el domingo no te deja dormir la siesta tranquilo porque, aunque es mala a rabiar, no te gusta, el argumento es penoso, no quieres verla y te da igual, eres incapaz de cerrar los ojos y no saber si ese maldito maremoto hecho por ordenador, arrasará la puñetera ciudad de Nueva York.

NO, MIRE, NO! ESTO NO ES ASI!

Nadie nos avisa que nuestros queridos amigos, acompañantes, parejas, maridos, LLAMALO X QUE ME DA IGUAL, van a decorar nuestras vidas como una estantería del Ikea, inestables, supuestamente modernas y desmontándose con suerte cada cinco años, los que no son en dos. Total, que por si no fuese bastante lidiar con nosotras mismas, nos vemos obligadas a ponernos las pinturas de guerra para batallar con vuestras abundantes y nada llevaderas angustias que ese dichoso síndrome de Peter Pan que sufrís, algunos no todos, os causa a lo largo de toda, si, si, HE DICHO TODA VUESTRA VIDA.

Y es que no, está claro que NO es lo suficientemente dura vuestra adolescencia que tenéis que alargarla hasta pasados los cincuenta. Válgame Dios! PASADOS LOS CINCUENTA! Treinta años de eterna juventud!!! Estamos locos o qué?! Queréis dejar de jugar a ser Dios y aceptar la vida acorde a la edad y correspondiente madurez que en cada momento se debe tener???!!!

Los veinte porque pensáis que os vais a comer el mundo, los treinta porque sois adultos para lo que os apetece, los cuarenta porque ya vais viendo que no sois unos niños y algo se os revuelve dentro alimentando vuestra desmotivación , los cincuenta porque de repente os creéis que volvéis a ser niños y tenéis toda la vida por delante para replantearos las cosas y volver a empezar.

- Os doy yo la tabarra cuando os pega la neura de iros con una niña mona con un cerebro de 1,5 pulgadas? NO.
- Os doy yo la tabarra cuando me planteo que puede que nunca sea madre y disfrute de una familia propia? NO.
- Os doy yo la tabarra cuando corroboro que a partir de los treinta ninguna dieta es efectiva? NO.
- Os doy yo la tabarra por tener que poner buena cara a vuestra actitud infantil en los momentos menos indicados? NO.
- Os doy yo la tabarra cuando hacéis extremadamente complicado lo mas sencillo? NO.

Ni tampoco cuando no llamáis, ni tampoco cuando dudáis, ni tampoco cuando vuestra falta de detalles nos hacen sentir un simple entretenimiento para vuestros ratos vacíos, ni tampoco cuando no os preocupáis siquiera en conocernos un poco.
NI TAMPOCO, NI TAMPOCO Y NI TAMPOCO!

Pero no os alarméis, tranquilos. Podéis seguir a vuestro ritmo que para eso Dios creó a la mujer y os quitó una costilla. Tenía que hacernos de una pasta que nos permitiese lidiar con huesos muy duros de roer y asegurarse de que os debiésemos algo, que si no, el "Hasta que la muerte nos separe" lo ibais a tener muy jodido.

Especialmente dedicado a esos maravillosos amigos que Dios me ha dado, los futuros cuarentones desmotivados. Y a mis favoritos, los cincuentones convencidos que algún día volverán a cumplir los treinta.

Como diría Anne Igartiburu, para vosotros corazones.